viernes, 16 de marzo de 2018

Ya no hay de qué asombrarse: Darío Villanueva, el director de la RAE sospechado de ponerse al servicio de los ricos para modificar el diccionario



Haciendo un poco de historia, recordemos aquí que John Lyly (Lilly o Lylie) nació en. 1553 o 1554  y murió en 1606. Fue un escritor, poeta, dramaturgo y cortesano inglés, conocido durante su vida por sus libros Euphues: la anatomía del ingenio (1578) y Euphues y su Inglaterra (1580), aunque tal vez se lo recuerde más por sus obras de teatro. Tenía un estilo literario amanerado que es expresión de barroco literario inglés, en el que las cosas se decían de manera complicada, apelando a los eufemismos.

En inglés, euphemism se define en estos términos: “palabra o expresión suave o indirecta con la que se sustituye otra que se considera demasiado dura o contundente al referirse a algo desagradable o vergonzoso”.

Algunos diccionarios de la lengua castellana se inclinan por esta otra definición: “palabra o expresión más suave o decorosa con que se sustituye otra considerada tabú, de mal gusto, grosera o demasiado franca”. E ilustran la definición con el siguiente ejemplo: “‘trasero’ es un eufemismo de ‘culo’”.

La definición castellana de esta misma palabra, ofrecida por el basurero de palabras de la RAE se acerca más al estilo barroco de John Lyly y dice así: “manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante”.

Ya en otras entradas de este blog, nos hemos ocupado en el pasado de los eufemismos y del absurdo esfuerzo de ocultar a los ciegos detrás de los no videntes, a los discapacitados detrás de aquéllos que tienen capacidades especiales, etc. También dijimos que la corrección política era un intento ridículo de tapar el sol con la mano, cuando todos sabemos que el sol sigue allí.

Pero ya que hablamos del basurero de palabras de la RAE, tal vez valga la pena hablar del basurero en jefe, lo que es decir de Darío Villanueva (foto).

En el suelto que sigue, publicado el pasado 11 de marzo por el diario La Vanguardia, de Barcelona, se lee que el tipo éste “se ha comprometido con al Círculo Fortuny a ‘buscar una definición mejor” de la palabra ‘lujo’, vista por las empresas de alta gama como ‘negativa’”.

Se trata, claro, de una noticia del todo escandalosa y sin precedentes. A tal punto que El Español, El Periódico, El Mundo El Diario (como puede leerse en los links al final de la nota) también se ocuparon del asunto, algo de lo que nos hemos enterado gracias a numerosos mails de traductores españoles, mexicanos, peruanos, colombianos y argentinos, todos escandalizados por la enormidad de lo reflejado por la prensa.

Tres conclusiones: la primera, tal parece que la RAE empieza a definir palabras llave en mano, según lo que necesiten los usuarios que puedan darse el lujo de pagar por definiciones más acordes con sus necesidades; la segunda, es que Darío Villanueva, delante de los todopoderosos de España, demuestra su verdadera naturaleza de lacayo (aunque algunos pensarán que aquí se comporta más bien como un pordiosero); la tercera es que los chistes de gallegos a veces se quedan cortos, afirmación que, es cierto, no es políticamente correcta.


La RAE se compromete ante los empresarios
a modificar la definición de “lujo”

El Círculo Fortuny, asociación española representante de las empresas e industrias de alta gama españolas, ha pedido a la Real Academia Española (RAE) que modifique la definición de la palabra “lujo”, ya que la que existe “curiosamente es bastante negativa” y se puede “mejorar”. Según ha explicado su presidente, Carlos Falcó, el director de la RAE, Darío Villanueva, se ha comprometido a “buscar una definición mejor”.

La RAE define la palabra como “demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo. Abundancia de cosas no necesarias. Todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo”. Carlos Falcó, marqués de Griñón, ha explicado a EFE que en el diccionario la palabra “lujo” tiene que ver con “algo reservado a los ricos y que, de alguna manera, es ocioso y no sirve para nada”.

“Yo creo que cabe una definición mejor”, ha señalado Carlos Falcó, que se ha referido a las tres acepciones de esta palabra que existen en el diccionario de la RAE: la primera, “demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo”; la segunda, “abundancia de cosas no necesarias”, y la tercera, “todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo”.

Este asunto se trató en una reunión que celebró el comité del Círculo Fortuny, que desembocó en un compromiso entre el presidente de honor de esta asociación, Enrique Loewe, y el director de la RAE, Darío Villanueva, de “buscar una definición mejor; y están en ello”. Sin embargo, “esto lleva su tiempo”, ya que “las cosas de las academias son lentas”, teniendo en cuenta que “cualquier definición nueva tienen que aprobarla las academias hispanoamericanas”.

Aunque “hay que dejar que los expertos trabajen”, para Falcó, el lujo tiene que ver más por ejemplo con una experiencia que vivió el pasado diciembre con su hija mayor, Xandra Falcó, a la que hacía tiempo que no veía y con quien, en un día soleado, cocinó con el primer aceite de su cosecha delante de su casa una tortilla de patatas. “Esto es un lujo y hay que mantener esta definición”.

El marqués de Griñón considera que la palabra lujo debería estar relacionada con “algo singular, donde participe la emoción”, que “busque de alguna manera la cultura y que dé la sensación de que sea algo irrepetible”.


Nota:
Quien quiera chequear la veracidad de esta increíble noticia puede hacerlo en

http://www.lavanguardia.com/economia/20180311/441444412468/rae-compromete-empresarios-modificar-definicion-lujo.html utm_campaign=botones_sociales&utm_source=facebook&utm_medium=social)

https://www.elespanol.com/cultura/20180312/rae-compromete-empresarios-modificar-definicion-lujo/291471289_0.html


ttps://www.elperiodico.com/es/extra/20180312/loewe-grinon-rae-cambiar-definicion-lujo-6684069


http://www.elmundo.es/cultura/2018/03/12/5aa683ab22601d965a8b464b.html

https://www.eldiario.es/zonacritica/RAE-lujo-definir_6_749335088.html

3 comentarios:

  1. Es un lujo tener instituciones transparentes, conscientes de su vocación en el mundo hispánoparlante. Y como ningún país hispano es rico, entonces ninguno lo puede tener.

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  2. nunca me interesaron las "decisiones" de la RAE, entidad que, no sé por que misteriosa causa se adjudica el derecho de regir lo concerniente a la lengua castellana. Lo que no sabía era que iba a responder con aquiescencia a un impertinente pedido de una empresa comercial.

    Las cosas de las que uno se entera.

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