miércoles, 19 de septiembre de 2012

Otra vez Whitman


En 1998, la escritora y doctora en literatura Ruth Levy, de la Universidad de Guadalajara, publicó en  Sincronía, revista de humanidades de esa casa de estudios, el siguiente trabajo, que se encadena a la entrada referida a León Felipe, Borges y Walt Whitman, del día de ayer.


 
De Jorge Luis Borges a Walt Whitman:
Por qué Borges sí escribe el implícito “yo”

Cuando leemos un prólogo escrito por el traductor del texto, en el caso de ser poesía, la mayoría de las veces encontramos una ‘justificación’ por el ‘atrevimiento’ ante el autor y para el lector. En el prólogo a Hojas de hierba de Walt Whitman (1819-1892), Jorge Luis Borges no se justifica, sólo destaca su traducción de otras: "Mientras tanto, no entreveo otra posibilidad que la de una versión como la mía, que oscila entre la interpretación personal y el rigor resignado" (Borges, 1991: p. 11).

Para fundamentar mi afirmación, en el título de este breve trabajo, me basaré en la primera estrofa de tres versos del texto original: "Song of myself" de Walt Whitman, incluido en el citado libro Hojas de hierba; (Whitman, 1991: p. 20) y en las traducciones de Armando Vasseur (Vassseur, 1997: p. 89), León Felipe (Felipe, 1997: p. 25), y Jorge Luis Borges (Borges, 1991: p. 21).

Desde la traducción del título "Song of myself" empezamos a notar las diferencias entre los tres porque el sustantivo Song no lleva el artículo y la preposición of significa ‘de’. Vasseur lo traduce como "Del canto de mí mismo"; si con arbitrio él selecciona estrofas, debería ser "De Canto a mí mismo"; pero él agrega el sustantivo contracto.

León Felipe sí respeta la omisión del artículo, mas otorga a la preposición of un sentido de dirección y no el de pertenencia: "Canto a mí mismo"; quizás porque of también significa ‘para’ si hablamos de la hora: twenty of five; y ‘para’ en español puede implicar pertenencia; pero, en otros contextos. Como él lo traduce parece que Whitman se canta a sí mismo; cuando lo que leemos, en realidad, es un canto que brota de él para los demás.

Borges sí prescinde del artículo y traduce la preposición en su sentido fiel: "Canto de mí mismo".

SONG OF MYSELF
I celebrate myself, and sing myself,
And what I assume you shall assume,
For every atom belonging to me as good belongs to you.


DEL CANTO DE MÍ MISMO
Me celebro y me canto,
Lo que me atribuyo también quiero que os lo atribuyáis,
Pues cada átomo mío también puede ser de vosotros, y lo
será.

(Traducción de Armando Vasseur)


CANTO A MÍ MISMO
Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.

(Traducción de León Felipe)


CANTO DE MÍ MISMO
Yo me celebro y yo me canto,
Y todo cuanto es mío también es tuyo,
Porque no hay un átomo de mi cuerpo que no te pertenezca.

(Traducción de Jorge Luis Borges)

Sabemos que en el idioma inglés no se debe omitir el pronombre personal en la conjugación de los verbos; también, que los poetas recurren a la omisión ya sea a causa de la métrica, o de su propio estilo, o de la estética. Asimismo sabemos que, en el idioma español, podemos prescindir de mencionar cualquier pronombre personal, en la conjugación de los verbos, sin incurrir en el error gramatical; los utilizamos para reforzar, personalizar, identificar la tercera persona, o diferenciar, en algunos tiempos, a personas que se puedan confundir por la conjugación idéntica.

En el primer verso de la primera estrofa Whitman debió escribir dos veces el pronombre I, no lo hace; y me aventuraré a tratar de mostrar que no fue por alguna de las causas que mencioné en el párrafo anterior; así como señalar por qué en el segundo verso sí escribe el pronombre; y cómo fue traducido.

El poema es un canto de su alma para su hermano/ser humano, desea homenajearlo, amonestarlo, que éste aprenda de él; para ello debe ejemplificar, transcribir vivencias, ser soberbiamente justo consigo, ¡hablar tanto de sí mismo! Escribirá el pronombre de la primera persona cientos de veces; entonces, por modestia, no lo menciona en la primera palabra, en el primer verso de su obra con los verbos: ‘celebrar y cantar’; palabras festivas en su forma activa, ya convertidas en tan intimistas en su forma reflexiva por el pronombre myself.

En el tercer verbo: to assume, cuando Whitman podría haberse tomado la licencia de excluir el pronombre, sí lo escribe porque conoce, sabe lo que lleva en sí como "poeta de la democracia", porque asume su ofrecimiento al lector y la obligación de éste de asumir, en el futuro, cada una de las experiencias transcritas.

En el primer verso, Vasseur y León Felipe acatan la omisión de Whitman en cuanto al pronombre; hacen reflexivo los verbos ‘celebrar y cantar’ con base en la función del pronombre myself, puesto que el ‘me’ en español implica ya ‘mí mismo’; la diferencia con León Felipe es que redunda el pronombre reflexivo.

Con el tercer verbo, Vasseur se vale de la licencia de no mencionar el pronombre en español; León Felipe sí lo señala. En cuanto a cómo traducen el verbo to assume, el auxiliar shall, y el tercer verso, ya sería un análisis aparte.
En el primer verso, Borges no acepta la supresión; también hace reflexivos los verbos y, aunque ya podría ser redundante ‘yo me’, él sí incorpora el pronombre en ambos verbos. En el tercer verbo evade la utilización del pronombre al usar el verbo ‘ser’ con el sentido de posesión, y en tercera persona.

Borges nos previno en el prólogo en cuanto a que su traducción oscilaría entre la interpretación personal y el rigor resignado. Desde su grande altura como poeta, con el conocimiento que tenía de Whitman y de su obra, reconoció la modestia de ‘su maestro’ en la omisión del ‘yo’ en la primera palabra de su canto; Borges no quiso omitir el implícito ‘yo’.

Si Whitman lo utilizaría ya cientos de veces en el poema, igual Borges podía prescindir de escribirlos por la conjugación explícita del español. En el idioma inglés ‘yo’ siempre se escribe con mayúscula; en español, solamente cuando es inicio de oración; entonces así lo elogia, así validó Borges, también gramaticalmente, la ‘traición’ a la mención de una palabra que Whitman no había escrito. Borges se otorgó el derecho de empezar su traducción con un justo, merecido ‘yo’.


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