domingo, 30 de mayo de 2010

Internet permite poner las cosas en su lugar

El artículo que se transcribe fue publicado por Paula Corrotto en Público, de Madrid, el 26 de mayo pasado. Su copete decía: "Menos de 20 profesionales interpretan finés, islandés, danés, noruego y sueco a pesar de los cientos de títulos que se publican". A continuación de la nota, se reproducen numerados algunos de los muchos comentarios críticos enviados por los lectores a la edición digital del diario, donde se plantea una polémica por demás interesante, en la que menos linda, le dicen de todo a la aparentemente desinformada cronista.

El 'boom' nórdico no tiene traductores

La literatura nórdica no tiene quien la traduzca en España. El boom de la novela negra desatada por autores como el sueco Stieg Larsson provocó que las editoriales buscasen autores por las esquinas más frías de Europa. Desde Islandia a Suecia, Finlandia y Dinamarca. Pero, ¿y quién traduce a todos esos escritores? La cruda realidad es que hay tan pocos profesionales que dominen el castellano y una lengua nórdica que acumulan exceso de trabajo y disparidad de criterios lingüísticos.

Además hay otros dos grandes inconvenientes: los plazos para entregar estos trabajos son cada vez más limitados, porque los sellos quieren lanzar cuanto antes el libro al mercado. Y las tarifas económicas, que rondan los 3.500 euros por libro, no han aumentado. Pocos traductores, poco tiempo y poco dinero. El fenómeno que quiere explotar la Feria del Libro de Madrid también tiene su cara amarga.

Las noruegas Kirstin y Kristina Baggethum, madre e hija, conocen esta situación. Son las únicas que se dedican a traducir a escritores noruegos al castellano. Kristin, que empezó la tarea hace más de 20 años con los libros de Knut Hamsun, señala que "el gran boom para Noruega llegó con El mundo de Sofía, de Josteein Gaarder, que vendió un millón de ejemplares. Entonces la literatura noruega se hizo visible. Pero ahora todo ha explotado. Si hace dos años se traducían uno o dos libros al año, ahora se piden 15. Se ha desmadrado todo".

Según los profesionales de las diferentes lenguas nórdicas con los que ha hablado este periódico, la situación ha llegado a un punto que muchos trabajos son rechazados. "Antes aceptaba todo lo que me ofrecieran, pero ahora no puedo. Una traducción me lleva mucho tiempo, incluso un año, ya que muchas veces tienes que reeler lo que has traducido la noche anterior", comenta Blanca Ortiz, manchega de 40 años que traduce a los autores daneses. Sólo tres personas, incluyéndola a ella, se dedican a esta tarea en España.

Peor están las cosas para el idioma islandés y finés. Del primero, solamente una persona, Enrique Bernárdez, realiza la labor. Este catedrático de la Universidad Complutense es el que ha dado a conocer el best-seller policiaco de Arnaldur Indridasson (La mujer de verde), tras varias décadas traduciendo textos medievales, lo único que se pedía en España hasta hace un par de años. Del finés, Ursula Ojanen, que fue quien inició esta labor en los años ochenta, sigue siendo la voz a la que se remiten todas las editoriales españolas cuando necesitan una traducción de este idioma. Según el Centro Nacional de Estadística de Finlandia, el aumento de las traducciones finés-español ha sido de un 250% de 2002 a 2010.

Idiomas exóticos
¿Por qué, entonces, no hay más personas dedicadas a esta profesión? La clave está en el escaso número de habitantes de estos países "y en que el español tampoco ha sido un idioma que ha despertado demasiado interés hasta los últimos años. A la inversa, estos idiomas siempre han resultado muy exóticos", apunta Kirstin Bagghetum.

El sueco es el idioma escandinavo que cuenta con más intérpretes. Según Martin Lexell, traductor de Stieg Larsson, de Maj Swojall y Per Wähloo, hay al menos una docena. Sin embargo, son también los que más trabajo acumulan y a los que más prisa meten. "Millenium lo traduje en dos años. Es todo mercado, mercado, mercado. La faceta comercial se ha impuesto en detrimento de un trabajo más pausado que es lo que necesita la traducción", afirma.

Un obstáculo más se da con la paradoja de que la mayoría de lo que compran las editoriales españolas son sagas o trilogías. Y quieren que estén listas casi al mismo tiempo. "Eso provoca que no sea una misma persona la que traduzca toda la serie y haya problemas, porque no nos ponemos de acuerdo en la misma terminología para, por ejemplo, los cargos de la policía", apostilla Blanca Ortiz. La prisa acaba con el trabajo bien hecho.

Los traductores piden lentitud también por otra razón. Al ser idiomas procedentes de la rama germánica en el caso de la finesa casi en los márgenes del árbol de la lengua indoeuropea en la mayoría de los casos, este trabajo se hace a cuatro manos. La finlandesa Ursula Ojanen siempre trabaja con el español Rafael García Anguita: "Yo no domino todos los giros y expresiones del español".

Martin Lexell, por su parte, traduce junto a Cristina Cerezo y Juan José Ortega con un peculiar método: "Una vez que está traducido lo leemos en voz alta como si fuera un teatro".

La finalidad es captar la esencia literaria del idioma. "Son lenguas que proceden de la rama germánica, que es muy distinta al español, que es de la rama latina. Debemos cuidar las expresiones, para no tener que utilizar las notas a pie de página, que quedan fatal en una novela", dice Kirstin Baghettum.

El sueco Martin Lexell ofrece un ejemplo: "Cuando traduje a Larsson, con un estilo tan periodístico y transparente, mi temor era que quedara demasiado plano en español, que perdiera su calidad".

El gran problema para todos los traductores es el dinero que cobran por su trabajo. A pesar de la enorme rentabilidad de la novela negra, la traducción no ha visto aumentadas sus tarifas. Y en estos casos parece aún más sangrante. Mientras que por la traducción del inglés al español de un ensayo de reciente éxito se pagaron 15.000 euros la edición costó 3.000 euros, una traducción de un libro escrito en sueco de más de 400 páginas sale por poco más de 3.500 euros. Si, además, la mayoría de estos trabajos se hacen entre dos personas, y se tarda casi un año en hacerlo, la rentabilidad es mínima. La consecuencia es que, prácticamente, ninguno de estos traductores vive de su profesión. La mayoría son profesores en escuelas de idiomas o en la universidad.

"Yo reconozco que soy una excepción porque sí que me dedico íntegramente a esto, pero también lo compatibilizo con otras cosas. Soy la que hace todos los subtítulos de las películas noruegas", comenta Kristina Baghettum.

Novelas con subvención
En el sentido económico, un elemento positivo son las subvenciones que otorgan los organismos lingüísticos de cada uno de estos países. Las exportaciones de sus libros están muy apoyadas, y de eso también se aprovechan las editoriales españolas. De hecho, según comenta Virginia Rodríguez, editora de la novela Las vacas de Stalin, de la finlandesa Sofi Oksanen (451 editores), "si no fuera por estas ayudas, sería imposible traer muchos de estos libros".

Sin embargo, según las cifras que han ofrecido a Público algunos de estos organismos, el monto en subvenciones tampoco es demasiado alto. El FILI finlandés ha dedicado en 2010 una partida de 9.470 euros para la traducción al español de cinco libros. Por su parte, el Centro de Literatura de Dinamarca se gasta una media de 300.000 y 350.000 euros en ayudas a las traducciones en todos los idiomas.

Entre tanto dato negativo, los traductores reconocen que el boom de la novela negra nórdica también ha provocado que los lectores "se acerquen con menos miedo a esta literatura. Eso abre la puerta a muchos autores que si no, no llegarían", apunta Martin Lexell. En este sentido, Enrique Bernárdez agradece poder dar a conocer obras islandesas "muy innovadoras, ya que son escritores que no temen a la experimentación", como Ylsa Sigurdottir. Blanca Ortiz, a quien no le entusiasma demasiado la novela negra, agradece que cada vez le ofrezcan más autores daneses de infantil.

El sueco Martin Lexell es el más optimista: "Esperemos que con todo este éxito nuestras condiciones económicas mejoren y cada vez haya más traductores, para que no se tengan que rechazar trabajos".

Comentarios de los lectores

Comentario 1 - • MtGU 26-05-2010 01:51
Lo siento, pero creo que su artículo peca de unas cuantas inexactitudes.
 
En lo referido al finés, editoriales como Anagrama recurren a la voz de Diulce Fernández Anguita,, la traductora de Arto Paasilinna entre otros.

Del noruego también traducen, por ejemplo, Francisco Úriz, Mariano González Campo o Carmen Montes.
Ninguno de los traductores citados traduce en tandem.

Si puedo permitirme indicarle algo a la autora del artículo, le diré que una buena fuente de información fidedigna es ACE Traductores, cuyo correo electrónico es lamorada@acett.org.

Otra información: los traductores Enrique Bernárdez, Carmen Montes y Dulce Fernández estarán en la Feria del Libro de Madrid el domingo 13 de junio a las siete de la tarde , en el pabellón Carmen Martín Gaite, en una mesa redonda sobre la traducción de la literatura nórdica que organiza la ya citada asociación ACE Traductores.

Comentario 2 - 17 breoghan 26-05-2010 09:45
Tirón de orejas a la autora de la noticia. Sí existen traductores del sueco, noruego, danés, islandés y finés al gallego. Así que revise el texto porque los nombres que cita no son los únicos en España (por ejemplo, Elías Portela traduce del islandés al gallego) sino únicos en España al castellano... y al catalán seguro que también hay.... incluso al euskera.

Dicho esto, al meollo: desde la periferia estamos hartos de que el castellno vale para esto, lengua mundial, 300 millones... y resulta que en gallego, con escasos tres millones de hablantes tenemos traductores para algunas lenguas que en castellano escasean... y da que pensar en que, tal vez, el interés y respeto por las demás lenguas sea el motivo. ¿Para qué aprender gallego? que dicen... pues por la misma relga de tres, para que aprender sueco, noruego... así le va a la cultura en castellano.

Comentario 3- ockham 26-05-2010 10:29
Lo mejor es leerlas en italiano, francés o inglés, que son países donde cuidan la traducción, que es lo mismo que cuidar el texto y al autor. Además de ello, la escuela de traducción española deja mucho que desear, por lo apuntado en el art;iculo, pero también por la baja capacitación profesional.

Las editoriales siguen creyendo que la traducción es algo muy fácil y por eso pagan como en Senegal.

Pues nada señores, se supone que sabemos inglés. Así que a leer más las traducciones inglesas. Al menos son decentes.

Para el alemán las mejores traducciones son las italianas o las francesas, a menos que sea Miguel Saenz quien las traduzca.

Comentario 4 - 24 Traductora 26-05-2010 10:57
Desde luego, ya os vale. Por una vez que habláis de traductores metéis la pata en casi todo. Os dejáis unos cuantos nombres en el tintero, dais voz a un tartamudo, decís que, respecto del finés, "la fonética es una de las diferencias más grandes", y os quedáis tan anchos, como si acabarais de descubrir el origen del universo, cuando la fonética de una lengua pertenece a su sistema y es tal vez lo que menos dificultades añade en una traducción. Hay lenguas africanas con fonéticas parecidas a la española de las que, os aseguro, no entenderíais ni una sola palabra.

Y a Ockham, qué decirle para bajarle esos aires de suficiencia y paletismo ("lo de fuera es siempre mejor"). Que afile la navaja. Y que si tanto ensalza las traducciones italianas o las francesas, se tome las molestias de cotejar algunas y se llevará una sorpresa.

Miguel Sáenz es un traductor extraordinario, pero se me ocurren, por lo bajo, diez o doce nombres de traductores del alemán por los que pondría la mano en el fuego.

Comentario 5 - 29 Caliopea 26-05-2010 11:53
Soy traductora del catalán y castellano al noruego. Traduje todo lo que me cayó en las manos (novelas de Jostein Gaarder incluidas) y me cansé de enviar currículos a todas las editoriales grandes y pequeñas, antes y después del boom de la literatura nórdica obteniendo el silencio por respuesta.

Las editoriales prácticamente no publican nada si no hay una subvención de por medio y hay un elevado clientelismo en el gremio que impide a otros traductores poder entrar en este mercado. Se paga poco, se paga mal, los plazos son imposibles y encima se tiene que combinar la vocación con otro trabajo para pagar las facturas.

Si las editoriales están desesperadas, que prueben a contestar a algunos currículos que les llegan de traductores de lenguas nórdicas. Escandinavia produce tanta literatura de calidad (no sólo de misterio) que puede ofrecer una carga de trabajo estable para varios traductores de las lenguas oficiales de la Península y un buen negocio para las editoriales. Los traductores estamos allí y los lectores seguro que lo apreciarán.

Comentario 6 - 18 suomi 26-05-2010 12:31
No estoy de acuerdo, y seré breve: sí hay traductores, pero no hay trabajo (mi CV, como traductora de finés a español/catalán ha llegado a muchas editoriales), y he tenido que montar mi propia editorial para traducir y editar literatura infantil finlandesa. Y la dificultad del finés no es la fonética (¡por favor! ¡pero si eso es lo más fácil!): es un idioma con 15 declinaciones!!! A ver si nos documentamos mejor.

Comentario 7 - 11 Doraemon 26-05-2010 13:17
Si el problema es económico (de prisas por traducir mientras dura el boom de la novela) que la traduzcan desde la traducción del inglés. Hablamos de best-sellers, no de la biblia ni de virgilio...

Es verdad que se perderá parte en la traducción, pero total, acabamos de decir que no hay nadie que domine ambos idiomas, por lo que ninguno nos enteraremos.

Comentario 8 - 9 Ender 26-05-2010 13:32
Estoy de acuerdo en todo lo que dice Caliopea.

Y el finés no está en el margen de la rama indoeuropea, es que directamente no es un idioma indoeuropeo. Forma parte de las llamadas lenguas urálicas, de las que las más habladas son el finés, el húngaro y el estonio.

Comentario 9 - 22 Blanca Ortiz 26-05-2010 14:00
Soy traductora de danés y ayer contesté por teléfono a algunas de las preguntas que aparecen en este artículo. Al leerlo hoy, me he encontrado con la sorpresa de que lo que se ha publicado se parece poco o nada a lo que le expliqué a la periodista que lo firma, de manera que me gustaría aclarar varios puntos:

- "Antes aceptaba todo lo que me ofrecieran, pero ahora no puedo. Una traducción me lleva mucho tiempo, incluso un año, ya que muchas veces tienes que reeler lo que has traducido la noche anterior", comenta Blanca Ortiz, manchega de 40 años que traduce a los autores daneses. Sólo tres personas, incluyéndola a ella, se dedican a esta tarea en España.

Sencillamente indiqué que antes del boom traducía más o menos una novela al año, no que se necesitara un año para traducir un libro. El hecho de tener que releer lo que has hecho el día anterior (y no la noche, nunca traduzco de noche) formaba parte de la respuesta a otra pregunta. No soy manchega, sino de Guadalajara. Y en ningún momento dije que solamente tres personas nos dedicáramos a traducir del danés. Afortunadamente, somos más. Nombré a cuatro traduciendo narrativa de manera continua y únicamente del danés y me refería a varios más que traducen de forma más esporádica, se han especializado en algún género concreto (poesía, por ejemplo), traducen de varias lenguas nórdicas o simplemente están empezando y por cualquiera de esos motivos trabajan algo menos.

- "Eso provoca que no sea una misma persona la que traduzca toda la serie y haya problemas, porque no nos ponemos de acuerdo en la misma terminología para, por ejemplo, los cargos de la policía", apostilla Blanca Ortiz.

El problema no es que no nos pongamos de acuerdo; simplemente que hay que ponerse de acuerdo, lo que requiere tiempo.

- Blanca Ortiz, a quien no le entusiasma demasiado la novela negra, agradece que cada vez le ofrezcan más autores daneses de infantil.

Le expliqué a la periodista que al principio había hecho más traducciones de infantil, pero que ahora ya prácticamente no hacía nada en ese terreno.

- El último problema con el que se han encontrado los traductores daneses es con el cambio de los cargos en el cuerpo de policía. "Tenemos que llamar continuamente a Dinamarca para no equivocarnos", afirma Blanca Ortiz.

En efecto, es un problema, pero jamás he llamado a Dinamarca para hacer nunguna consulta al respecto, no entiendo de dónde sale.

Espero que nadie se haya sentido molesto; en ningún momento he tenido intención de excluir a ningín compañero.

Comentario 10 - 9 Xian 26-05-2010 14:52
Interensante el artículo...pero mucho más interesantes los comentarios y toda su aportación. (Menudo repaso que le dais a la periodista ¡). Gracias por vuesto trabajo.

Comentario 11- 9 Lisandro 26-05-2010 15:19
El problema de las editoriales, como siempre, es el de la dictadura que ejerce "el mercado". Poco importan los criterios de calidad, excelencia, un trabajo bien hecho... Todo eso, para los grandes grupos multinacionales, son zarandajas que no ayudan en absoluto a la cuenta de resultados. En consonancia con esta política propia de filibusteros, los nuevos mandarines de la cultura procuran pagar lo menos posible: Correctores, traductores, redactores, negros literarios... son los nuevos esclavos a los que hay que presionar cada vez más para que unos cuantos directivos se gasten la plusvalía que genera el trabajo de "los otros" en comilonas, fiestas y puticlubs. Así de simple. Así de patético. Están jugando con la necesidad ajena y con el producto final que, si bien lo analizamos, deja mucho que desear. En esto, al menos, también España "es diferente". Sigue siendo verdad aquello que ya señalara Mariano José de Larra: "Escribir, en España, es llorar." Lo lamento, pero sobre este asunto no puedo ser optimista. Sé de lo que hablo y creo que me quedo corto. Un saludo muy cordial a todos los participantes.

Comentario 12 - 5 Loftur 26-05-2010 15:25
Aunque el artículo es interesante en términos generales al llamar la atención respecto a la situación de las letras nórdicas en nuestro país, es una lástima la cantidad de errores y omisiones que contiene: Por ejemplo, eso que de que no hay aún un diccionario decente de español-islandés es, sencillamente, falso:

http://www.forlagid.is/?p=4898

Por otra parte, resulta llamativa la omisión a cualquier referencia a la interesante literatura feroesa y su lengua, que cada vez despierta más interés:

http://cuadernoferoes.blogspot.com/

Por último, debe decirse que el hecho de que no existan más traductores de lenguas nórdicas en el Estado Español es, entre otras cosas, consecuencia de la falta de apoyo por parte de las autoridades educativas para promocionar estas lenguas como se merecen. Resulta bochornoso que en Escandinavia muestren un sincero interés por el español, pero que en España no les correspondamos debidamente pese al interés universal de su ingente producción literaria, científica, etc...Para denunciar esta situación, poco digna de un país supuestamente europeo como el nuestro, se creó el "Manifiesto por las lenguas nórdicas":

http://www.efirmas.com/2593770/index.html

Comentario 14 - 5 Enrique Ber 26-05-2010 18:13
Pues sí, como dice Blanca -y Loftur de otro modo-, la información no se ajusta del todo a lo que alguno de los citados hablamos en la entrevista telefónica de ayer. Por ejemplo: sí hay diccionario español-islandés; mi queja es que no lo hay (aún, saldrá pronto) a la inversa: islandés-español. Y somos más, para el islandés unos cinco o seis, con más o menos regularidad. Para el faroés... me temo que de momento solo uno (no yo). Comprendo que juntar toda una serie de informaciones de personas diversas es un tanto complicado, y la situación general que se presenta en el reportaje es cierta, aunque con bastantes flecos... Y claro, los nombres nórdicos bailan. No es que Yrsa sea muy innovadora; sí lo es Bergsson, al que me referí. Pero es normal: sin antecedentes críticos, sin especialistas, cada cual hace lo que puede y lo que es de agradecer es que se muestre interés por estas literaturas.

Comentario 15 - 2 Loftur 26-05-2010 19:25
De acuerdo con Enrique: al menos con estos artículos se habla del tema, que merece la pena, aunque con imprecisiones que suelen ser producto de que, por desgracia, la literatura nórdica y sus lenguas aún siguen siendo en el fondo unas desconocidas, pese al "boom" de la mano de la novela negra.

Sólo quiero añadir aquí un matiz más: La aseveración de que "no existe aún un buen diccionario de español-islandés" me consta que no ha podido salir de la boca de Enrique Bernárdez, competente especialista en islandés (y otras lenguas paganas) donde los haya. Como ha ocurrido en el caso de Blanca, es un resultado más del "bailoteo" de datos por parte de la periodista. Doy fe de que lo mismo ha ocurrido en el caso de algunas palabras puestas en boca de Kirsti Baggethun, etc. En definitiva, parodiando el poema de Mio Cid, "qué buen artículo si hubiese tenido buen señor (o señora)"...

Comentario 16 - 1 picapica 26-05-2010 21:27
Me alegra ver que un artículo como éste, temática de la que desafortunadamente escasea en la prensa general, suscite tantos comentarios.

Me apena ver que es por imprecisiones y porque, según parece, el gremio de traductores/as está bastante quemado con el mercado editorial. Poderoso caballero es don dinero...

Gracias por toda la información.

2 comentarios:

  1. Pues las traducciones de Rothfuss de quien no recuerdo el nombre de la traductora, como la la novela de Larson “Los hombres que no amaban a las mujeres” por Martin Lexell y Juan José Ortega Román, están llenas de lenguaje coloquial ibérico y es bastante detestable su falta de sensibilidad hacia los hispanoparlantes de América, mercado importante para sus trabajos, donde esos terminajos son incomprensibles sin un diccionario o la red de internet a la mano para entender algunos modismos locales. En México se han hecho desde hace muchos años, traducciones en un español neutro que cualquier hispanohablante puede entender. Ahora busco traducciones hechas por argentinos o colombianos o mexicanos y no compro mas traducciones ibéricas. ¡¡Desafortunadamente tendré que regresar los tres libros de Larsson y pedir alguna traducción decente!!
    Abur!!

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  2. Estimado Leobardo Arias: como podrá comprobar fácilmente, han pasado 12 años desde que se subió esta entrada y su comentario. Lamentablemente, la situación, lejos de haber cambiado, empeoró. Y parte del problema es que en muchos casos se compran los derechos de traducción para toda la lengua y sólo se traduce en España, sin contemplar, como usted bien señala, que se trata de una variante de castellano local y, a esta altura de la función, muy minoritaria. Hasta que esta situación no varíe, resignese a no leer literatura escandinava. Un saludo cordial.

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